¡Oh Dios mío!!...

¡Oh Dios mío!!...

cuánto nos amas

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Pensar en la ternura de Dios me hace llorar, no lo puedo evitar.  Saber que no podemos entender cuanto nos ama… que se deshace en atenciones y en detalles para cada uno de nosotros, sus pequeñas criaturas, hechas a imagen y semejanza divina. ¡Qué regalo tan grande e inmerecido!! ¡Qué detalle de bondad y de Amor!! ¡Cuánto nos amas Dios mío!!... que no escatimas ni costos ni trabajos para atraer a las almas dándote a conocer cómo eres… todo fuego de Amor…fuego explosivo que no puedes detener las llamas que saltan de tu pecho en busca de almas para consumir en el rico y deleitoso, suave y tierno Amor jamás conocido por este mundo… Las almas que prueban Tu Amor ya no quieren nada más que pertenecerte totalmente… por eso los santos lo dan TODO por dejarse amar por Ti…

Un Dios de bondad exquisita… un Dios de Ternura inagotable… Dios amoroso exageradamente… un Dios que desborda misericordia como manantial siempre alcanzable para todas las almas… ¡oh!! si las almas supieran lo que se estan perdiendo.

No lo puedo evitar mi Dios, no puedo evitar que mi corazón se desborde en llanto al pensar en tu ternura para con tan grande pecadora que no  sabe valorar tu Sagrado Corazón… tesoro incalculable de valor eterno…tan asequible y tan distante… lleno de tesoros inimaginables que solo los santos pueden intuir, alcanzar y vivir…solo ellos han sabido encontrar el tesoro oculto y vendiéndolo TODO se lanzan a comprar con sus vidas lo único que tiene verdadero valor… ¿con sus vidas? Oh si… sus vidas   voluntariamente y solícitamente a Dios a cambio de la felicidad de vivir amando a Dios y dejándose amar por Dios.

Mi Jesús de mi alma…  ¡Cuánto Amor!!... desbordado hacia el mundo entero como lluvia que cae despacito… con delicadeza para no asustar a las almas.

Que yo te ame, Dios mío, que te ame con locura, que te ame con intensidad, que te ame como Tú me amas con la misma entrega, con la misma pasión, con la misma fuerza… a Tu gusto… a Tu voluntad.

Pero también te suplico Dios mío…que las almas te amen y te den la oportunidad de darte a conocer, de dejarte que les ame a tu gusto, a tu forma… ¡Que alegría desbordante sentirás mi Jesús… ¿Quién pudiera entender lo que significa para Ti, mi Señor, dejarse amar por Ti?...  darte la oportunidad que tanto pides a las almas.  Oh, almas que poco conocemos a Dios… que poco tomamos en serio esa ternura desbordante del Corazón Divino… ¿en que nos entretenemos que se nos pasa la noticia de Dios sin darnos cuenta? Qué no escuchamos su suave y melodiosa invitación… susurro que solo las pequeñas almas pueden escuchar… porque los demás estamos entretenidos en las bagatelas de este mundo.

Oh…Dios mío, que dulce y tierno es tu Sagrado Corazón, tu mirada, tu voz, tus gestos, tu presencia… quiero vivir amándote y amar viviéndote…hoy, mañana y siempre…porque Tu lo eres TODO para mi…

Desde la Soledad del Sagrario

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